La peor pesadilla de Pablo Casado

Derrotado en su 'guerra sucia' con la pandemia, Sánchez lanza otro ataque contra Madrid, ahora disfrazado de 'dumping fiscal' y con ERC como coprotagonista. En el fondo es un mal chiste. Un estúpida broma. Un partido que promueve la independencia y que dio un golpe de Estado para lograrla, con mal resultado, reivindica la armonización fiscal entre los pueblos y las tierras de España. Conmovedor si no fuera tan idiota. O tan trilero. Atacar a Madrit es uno de los ejercicios favoritos de los secesionistas catalanes a la que las urnas asoman por el horizonte. Y en ello están.

Los cien mil asesores, estrategas, arúspices y consultores de Moncloa ya respiran tranquilos. Han sacado adelante los Presupuestos con el concurso de la escoria del Hemiciclo, el grupo de los dinamiteros de la Constitución. Aprobadas las cuentas, Sánchez dispone ya de tres años para perfilar su autosucesión, para delinear la fórmula que le permita eternizarse en el sillón de mando. El horizonte es 2031, a fin de festejar el centenario de la República (segunda temporada) ya en su condición de Jefe del Estado (tercera temporada). Hay tres pasos señalados en letras de fuego en su agenda. Las vacunas para extirpar la pandemia, episodio que la factoría de ficción de La Moncloa transformará en una proeza personal y homérica. Repartir los........

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