Calviño-Bolaños: 'La doble Ñ' que sepultará al sanchismo

Un funcionario quisquilloso con despacho en Moncloa los llama 'la doble Ñ', cual si se tratara de una secta oscura y legañosa. Nadia Calviño y Félix Bolaños coinciden en esa letra cañí en su apellido y poco más. La vicepresidenta primera es miembro del club de las narices enhiestas. El ministro de la Memoria es un peoncito de aparato venido a más. Ella vale menos de lo que piensa y él apenas vale nada. Una y otro componen el tándem letal y definitivo que remitirá a Sánchez al desolladero.

En un Ejecutivo de tediosas medianías, en el que, en contra de la tradición, apenas se escucha la voz de los titulares de Exteriores o de Interior, dos muditos acobardados, la doble Ñ acapara protagonismo tanto por la relevancia de sus cometidos como por la dimensión de sus fracasos. Sánchez siempre ha sido muy de parejas. Quizás algo freudiano o afición al naipe, que no parece. Reclutó primero a los Migueles visitadores de la Moncloa, Barroso y Contreras, del núcleo duro del zapaterismo. Recuperó luego a Óscar López y Antonio Hernando, los llamados 'koalas', ambos miembros de la corte de Pepiño Blanco. Los primeros engordan sus negocios al amparo del ogro filantrópico, esto es, el paquidermo del Estado, en tanto que los........

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