Begoña Villacís, la última víctima de Rivera

Begoña Villacís e Inés Arrimadas son las dos cariátides, firmes y morenas, del tembloroso edificio de Ciudadanos. Sin ellas el partido sólo sería un ordenado grupo de gente gris, un abogado del Estado, una voz que vibra desde Toledo, un señor que vino de Coca-cola, todos ellos conducidos por un líder vehemente, intuitivo y colérico. Luego está María Castiella, que merece pieza aparte.

Villacís es la número dos del equipo mixto y bifronte que lidera José Luis Martínez-Almeida en el Ayuntamiento madrileño. Es la referencia de Ciudadanos en la capital de España y uno de sus activos más notables. Algo, sin embargo, ha cambiado en este escenario desde que se produjo el gran vuelco político político en la plaza de Cibeles.

Tras la defenestración de Manuela Carmena y el aterrizaje del nuevo gobierno de centroderecha, la relevancia de Villacís ha perdido algo de brillo. Su papel en el organigrama municipal no es menor. Es la vicealcaldesa, un rango de campanillas y un cargo que hasta ahora no existía. Tiene su agenda a rebosar, se mueve de forma infatigable y comparece ante los medios con solícita frecuencia. Pero, como algunos delanteros centro frustrados, ahora no encuentra hueco para chutar a puerta.

El alcalde Almeida ni tiene afán protagónico ni propina codazos para plantarse ante las cámaras.........

© Vozpópuli