En la primavera pasada, el Servicio de Estudios Zedarriak, foro social y empresarial vasco, publicó un diagnóstico económico y social en que pasa revista a las principales características de la economía vasca, incluyendo las necesidades existentes para superar los desafíos históricos a los que se enfrenta el País Vasco, con una singular atención al fenómeno demográfico y al envejecimiento.
Es especialmente llamativa la apelación al riesgo demográfico de 'japonización' del país, como consecuencia de una nefasta evolución demográfica que ha provocado, por un lado, una reducción drástica de la fuerza laboral en aquel país (25% desde el año 2000 al 2025), consecuencia de una natalidad reducida que no ha podido ser compensada por la inmigración, y por otro lado, por un creciente envejecimiento de su población. La drástica pérdida laboral de Japón ha provocado que su PIB a escala mundial haya pasado de un 17% en 1990, a cerca del 7% en 2020.
Y en efecto, en lo que hace al País Vasco se observa una aceleración de su declive demográfico desde finales del siglo XX hasta la actualidad. El porcentaje de población en edad laboral representaba en el 2000 el 69,85% de la población, pasando a reducirse en 2020 a tan sólo el 62,33%. En 2021, en el País Vasco hay 158 personas mayores de 64 años por cada cien personas menores de 16 años. Se trata así, de una pirámide no ya invertida, sino directamente inviable.
Dos datos: a) Si llevamos dos décadas con una fuerza laboral decreciente en el País Vasco de 92.000 personas, en los próximos 30 años se prevé que se reduzca en otras........