Un gobierno contra los empresarios
Es bien sabido que cierto socialismo –incluido el nuestro, no el del norte de Europa- nunca ha sido muy amigo de la libertad y menos aún del libre ejercicio de la función empresarial. Ello ha dado lugar a una moderna y canónica –por su coincidencia con la realidad- definición de socialismo recientemente citada en esta columna, debida al profesor Jesús Huerta Soto: “Socialismo es todo sistema de agresión institucional y sistemática en contra del libre ejercicio de la función empresarial”.
No conforme con llevar a cabo todo tipo de políticas contra la empresa, el presidente del gobierno, con un lenguaje típicamente populista-bolivariano impropio del socialismo europeo e incluso del previo español, se ha dedicado últimamente a acusar a “la gran empresa” de los males del país; que evidentemente se deben a sus propias y muy erróneas actuaciones gubernamentales.
Es bien sabido que las grandes empresas privadas están asociadas a los países, grandes y pequeños, más libres y prósperos del mundo. También es un lugar común que uno de los grandes problemas de España es la reducida dimensión media de nuestras empresas, que limita severamente nuestro nivel de competitividad, la creación de empleo bien remunerado, la innovación, la exportación y sobre todo la productividad del trabajo que........
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