Decía el otro día Vicente Vallés en el telediario sobre la nueva norma de registro de viajeros: “Gran hermano hotelero. En definitiva, usted le va a tener que contar su vida al recepcionista del hotel”. Y, en efecto, siempre ha habido que identificarse cuando uno alquila un coche o se registra en un hotel, pero a partir de ahora los hoteles y otras empresas deberán recabar una serie de datos de sus clientes e informar de los mismos a los cuerpos de seguridad del Estado mediante la plataforma ses.hospedajes. De todo ello se ha dado cuenta en este periódico. Dicha norma procede del Real Decreto 933/2021, que ha sufrido tres moratorias, y que amplía hasta 42 los datos que cualquier persona debe proporcionar al hospedarse.
Lo cierto es que los hechos pasados no nos llevan a tener un grado de confianza excesivo ni en la custodia de los particulares ni tampoco en la del Estado que al parecer ha visto recientemente hackeados sus datos en Hacienda
La finalidad alegada por el Estado es reforzar la seguridad ciudadana y mejorar la eficacia en la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado. El sector turístico, en cambio, denuncia la elevada carga burocrática, la pérdida de competitividad y la posible vulneración de privacidad de los viajeros. No voy a entrar en los vericuetos legales –doctores tiene la Santa Madre Iglesia y la Agencia Española de Protección de datos-, pero cabe apuntar que aunque no sean muchos más los datos que hay que proporcionar al hotel, éste sí debe volcar y comunicar más datos que antes a la Administración; y que aunque se hayan cumplido los requisitos de transparencia y eficacia con informe de la AEPD y dictamen del Consejo de Estado, algunos –véase, por ejemplo, el........