Hace un año, el 18 de agosto de 2023, la representante de Moncloa y Ferraz en la Presidencia del Congreso de los Diputados, es decir, Francina Armengol, anunciaba que permitiría a partir de ese momento el uso del catalán, el euskera y el gallego en la sede de la soberanía nacional tras la penúltima cesión y el enésimo cambio de opinión socialista forzado por los independentistas, en este caso para que la propia Armengol pudiera ser Presidenta del Congreso; es lo que tiene que te dé igual arre que so con tal de alcanzar tus objetivos: que lo mismo te parece un sinsentido usar traductor donde todos se entienden que, a los dos días, una medida imprescindible para la convivencia democrática.
Desde entonces, el Congreso de los Diputados se ha gastado casi 800.000 euros de dinero público en el pago a traductores y el uso de pinganillos para que nuestros representantes, pudiendo entenderse en la lengua que comparten y conocen y es oficial en todo el Estado, puedan entenderse cuando usan la lengua que es cooficial solo en algunas partes de España y que solo entienden algunos de ellos. Poco después, el 19 de septiembre, cuando se debatía la reforma del Reglamento para incluir dicha posibilidad y antes, por tanto, de que se hubiese aprobado, ya se permitió, en lo que fue otra extravagancia parlamentaria y otro fraude de ley, al permitirse........