El PSOE otorgó la semana pasada a Bildu el privilegio de anunciar en primicia el acuerdo alcanzado entre ambos partidos para reformar la Ley de Seguridad Ciudadana, la conocida como ley mordaza, a cambio de que Bildu apoye los Presupuestos Generales del Estado, a la espera del (improbable) apoyo del resto de fuerzas aliadas de Sánchez. Así que ante la incertidumbre que genera el trámite presupuestario, el PSOE ha preferido regalar a Bildu el protagonismo que la coalición deseaba, de modo que haya podido ser la coalición independentista heredera de la banda terrorista ETA la encargada de anunciar la modificación de la ley que rige y ordena la seguridad ciudadana en España; o sea, que el PSOE ha acordado con los herederos de ETA no ya la seguridad ciudadana de los españoles sino cómo deberán comportarse nuestros policías ante los manifestantes. Y lo ha hecho, además, voluntariamente, porque nada obligaba al PSOE a tener que pactar nada con Bildu, y mucho menos a facilitar que los proetarras fueran quienes lo comunicaran a la opinión pública. Si el PSOE de Sánchez tuviera límites morales se describiría este hecho como la superación del penúltimo de todos ellos, pero es que carece absolutamente de tales, como se ha ido viendo con el transcurrir de los años. O sea, que es otro nivel… de bajeza moral y de cinismo.
El acuerdo afecta a los cuatro puntos concretos que provocaron que tanto EH Bildu como ERC se apartasen del acuerdo alcanzado entre el Ejecutivo y el resto de socios de investidura en 2023 y que........