Trenes

Se ha puesto de moda criticar al ministro del Gobierno encargado del funcionamiento de los trenes por el hecho de que, desde su llegada al sillón, han perdido su compostura horaria y llegan a su destino a la hora que les peta.

Circunstancia –dicen los críticos de esta alta autoridad- que se nota mucho porque la Renfe, desde su nacimiento, ha sido muy estricta, como lo demuestra su esmero en afinar: “salida del tren a Palencia, 17.23; llegada, 19.14”.

Siempre he pensado que los minutos, esos estorbos, se han inventado precisamente para que Renfe nos deje boquiabiertos con estos alardes de puntualidad.

Ahora, según lenguas perversas, este rigor se ha desmoronado. Y........

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