La generalización del uso de la "palabra robada" - ya analizada en esta sección- es decir, la que se sustrae a los periodistas en las conferencias de prensa sin preguntas, cuyo oficiante es el supremo Despensero, está poniendo en riesgo la democracia por ser esta precisamente el santuario de la palabra aderezada y de la argumentación pulida, convertidas en bagatelas en esta España perdida en el laberinto de la bellaquería y la impudicia.
Lo que en ella se lleva es el aplauso. Lo comprobamos a diario: llega el Despensero a las Cortes y suelta un discurso defendiendo que no convocará la Conferencia de Presidentes de........