El golpe infligido por Israel a la organización terrorista Hizbulá mediante la explosión de miles de buscas y walkie-talkies con el resultado de decenas de muertos y centenares de heridos, casi todos militantes de la siniestra sucursal del régimen criminal de los ayatolás iraníes, ha sido realmente espectacular. Esta extraordinaria operación revela un grado de sofisticación tecnológica y una capacidad técnica de sus servicios de inteligencia que deberían provocar la sana envidia de sus homólogos occidentales. Los dispositivos electrónicos adquiridos por Hizbulá para evitar los riesgos de los teléfonos móviles han sido una trampa mortal que pone en evidencia la inferioridad en todos los órdenes de los grupos armados que combaten rabiosamente a la única democracia digna de tal nombre en Oriente Próximo y Medio. Además, semejante exhibición de fuerza demuestra una voluntad admirable e indomable de no dejarse aniquilar por sus enemigos de un pueblo que lleva tres milenios soportando persecuciones, deportaciones, pogromos y, como culminación, el Holocausto durante el nazismo, que casi lo borró de la faz de la tierra. De hecho, esa fue la intención de la peor abominación que ha conocido el mundo moderno, su total aniquilación.
Por tanto, la creación del Estado de Israel en su solar ancestral fue un acto de reparación histórica........