Son muchas las mesas; no solo las redondas, las rectangulares o más cuadradas, sino las llenas de culturas y viejas memorias; están asociadas a uno de los actos primarios del hombre: el de comer.
No vamos a hablar de lo difícil que está poner el pan sobre la mesa, ni del precio espantado de la carne, sino de la comunión que nos reúne en ese sitio de la casa tan sencillo y necesario, casi siempre de madera, que es decir, del pasado de algún árbol donde anidaron gorriones y sinsontes.
Al principio, con un poco de barbarie, era la olla sobre la mesa, y todas las manos a la vez luchando una porción del alimento, era la olla del molote y el intercambio de fluidos y sudores.
Luego, en los días de la corte, llegaron los modales porque había que comer bien delante del rey; ya no eran todos sobre la olla, sino la mesura y el control de una........