El oficio de creer

Tiene tanto el maestro de arquitecto como de jardinero, porque diseña andamios del saber al tiempo que riega con atención, abona con estímulo, poda con cuidado. Crea los cimientos de lo que construye con la fe tranquila de que cada semilla brota a su tiempo, bajo su sol.

Sus manos de artesano no trabajan en serie. Lija asperezas, pule talentos, ensambla saberes hasta que el aprendizaje brilla con lustre propio. Cada pieza lleva su huella, pero es distinta a las demás. Su corazón toma la arcilla, la humedece y le da forma, soportando la presión justa que la convierte en vasija, sin que se quiebre.

Disfrazado de bombero, apaga incendios........

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