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Como columnista nunca he escrito de fútbol, por una sencilla razón: no sé de fútbol. Pero cuando penetra en el ADN de nuestra raza al punto de permitir procesos que transforman la ciudad, me siento con el deber de poner mi pluma al servicio de algo que nos trasciende, poniendo de manifiesto lo inimaginable: que más allá de un título, hemos ganado como ciudadanos.
Los santandereanos hemos sido estigmatizados por años: se nos ha tildado de envidiosos, conflictivos y rebeldes. Esto se traduce en un principio básico y es que de la envidia jamás surge la unión. Si a esto le sumamos que históricamente hemos cerrado los ojos a la........