¿Templo sagrado?

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Cada vez que los concejales de Bucaramanga intervienen en el salón de plenarias suelen referirse a él como el “templo de la democracia”. En ocasiones la grandilocuencia les gana y adornan la expresión con el calificativo de “sagrado”. ¡Hay que ver cómo se ufanan cuando lo hacen! Pero decirlo es una cosa, se les hace fácil; honrar y ser coherente con ambas expresiones es otra. Como enseña la sabiduría popular, del dicho al hecho hay mucho trecho, y la retórica, como el papel, aguanta todo.

Cortázar escribió alguna vez que hay palabras que terminan por agotarse a fuerza de ser repetidas y mal empleadas. De tanto usarse se........

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