Retomando el tema de la restauración de lo que queda de la antigua casa de mercado, que prestó sus servicios a Bucaramanga durante unos 60 años, desde finales del siglo XIX (1875) hasta mediados del XX, hay interesados en salvarla así no quede sino el cascarón de lo que fuera el edificio más importante de la ciudad, desplazado el epicentro urbano de San Laureano hacia orillas de la laguna de San Mateo. Construida en lote de 8000 mts.2 comprado a Trinidad Parra de Orozco por la escandalosa suma de $2000, en su construcción se invirtieron $125.000 con diseños del arquitecto Federico Blodek Fischer y cementos traídos de Dinamarca en barcos, trenes y mulas.

Tanto crecimiento urbano, sin entrar a definir qué fue primero si l huevo o la gallina, estimuló la conformación de grupos económicos dando origen a cambios en la clase dirigente, pues de señores rurales se fue pasando a una burguesía de raíz comercial, impronta que ha marcado la historia económica de la ciudad desde entonces. Dentro de las sociedades creadas, una orientada hacia la construcción de la casa de merado, de la cual formaron parte personajes de nuevo cuño: los hermanos Reyes y Eleuterio González Arciniegas, Neponuceno Serrano, Roso Cala, Juan Manuel Dávila y Carlos J. Delgado.

J. J. García en sus “Crónicas de de Bucaramanga” (Cap.LIX) describe al detalle las dimensiones del edificio: “... está formada por cuatro cuadros concéntricos. En los costados Norte, Sur y Occidente del primer cuadro... hay treinta tiendas espaciosas ... en cada uno de los lados tres portones ... Las naves están comunicadas entre sí por 10 pasadizos cubiertos y dentro de las galerías hay lugar para colocar 620 ventas por lo menos ...”; “... sus techos están sostenidos por 376 columnas circulares de calicanto sobre las que reposa la cubierta de una cisterna o aljibe, que tiene su respectivo aparato de bomba.“

El descontrolado crecimiento urbano llamado “progreso”, sin desarrollo social por lo menos paralelo, ha llevado al tipo de ciudades que hoy tenemos. Si hace más de un siglo la construcción de la casa San Mateo en B/manga. trajo de contera la modificación física y social de la zona hasta el elevado grado de deterioro que hoy presenta, es sensato pensar que su restauración traiga consigo también nuevos aires de transformación rehabilitadora para la misma zona, una segunda oportunidad que harto se necesita.