Siendo presidente César Gaviria y cuando el discurso político dominante era el de la “apertura”, la globalización y la incorporación en el mundo del nuevo siglo, nos tuvimos que enfrentar al “apagón” que significó –en plena posmodernidad- estrictos racionamientos y cortes de luz de 3 o 4 horas al día en Bucaramanga, de 9 o 10 en Bogotá y aún más en otras regiones.

Vemos en los noticieros que los gremios prendieron las alarmas por la situación de la energía eléctrica y advierten sobre la posibilidad de una crisis sistémica, que llevaría incluso a la interrupción de éste servicio público. El panorama se agrava con la probabilidad de que el fenómeno de La Niña no se presente este año o llegue más incierto y débil de lo necesario.

Más de treinta años después y ahora en pleno siglo XXI, reaparece el fantasma de un racionamiento eléctrico para el próximo período de sequía.........

© Vanguardia