Elegir no basta |
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En la calle 53 con carrera 37, en Bucaramanga, hay un hueco. Es grande, profundo y lleva semanas ahí, poniendo en riesgo a carros, motos, bicicletas y peatones. No sé cuántos han caído ni cuántos sustos ha provocado. Tampoco digo que sea el único. Hay más, muchos más, repartidos por la ciudad, integrados al paisaje urbano que ya casi no miramos: lo esquivamos.
Los vemos, los sufrimos y nos quejamos. Ese parece ser el ciclo. Por eso este “hueco” sirve de excusa para hablar de todo aquello que empieza a naturalizarse, de lo que dejamos de cuestionar porque “siempre ha estado ahí”. Y, sobre todo, para preguntarnos en qué momento comenzamos a mirar la ciudad desde........