La pesadilla terminó cuando murió Luis Fernando Yepes entre los meses de mayo y junio de 2010. Gracias a Dios lo perdoné a través de la voluntad de mi mamá.

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Llegar a Cúcuta ese primero de septiembre de 2005 fue bastante duro. Acaso tomé un café y me comí una empanada en un parador conocido con el nombre de ‘La viuda’, llegando a La Laguna. No dejaba de mirar para todos lados y cuando pasamos Pamplona me sentí más tranquilo. El viento frío cambió cuando abrí la ventanilla de la buseta tipo Van para 12 pasajeros; la brisa cálida me golpeó el rostro y me quité el buzo. A las 10 y 30 me estaban dejando en la Avenida Cero frente al Hotel Arizona, el cual sería mi primera casa. Guardé la maleta y salí a almorzar, no sin antes avisarle a Edgar Villamizar, a mi cuñado Héctor Javier Grisales y a Henry Jaramillo, un amigo barranquillero de la infancia, que ya había llegado a la........

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