Es aquí donde la protesta social debe encontrar su equilibrio. Bienvenida y necesaria cuando las demandas no reciben atención, pero sin afectar la protección de los derechos de todos.

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La protesta social emerge como el último recurso de una sociedad desesperada cuando todas las demás vías resultan insuficientes. Es la válvula de escape de un sistema que ignora sectores sociales, pero como derecho fundamental no puede convertirse en un instrumento que cause más daño que los que pretenden avisar, evitar, reparar o prevenir y donde el perjuicio a terceros eclipsa la legítima reivindicación de los manifestantes.

La protesta levanta las voces para el oído sordo, pero cuando las vías de comunicación se bloquean y los corredores humanitarios se cierran, los efectos........

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