El mejor regalo |
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Al momento de publicarse esta columna, ya casi será Navidad. Diciembre siempre invita a hacer pausas. A bajar un poco el ruido. A mirar el año con menos prisa y más honestidad. Y cuando uno escribe, esa pausa se vuelve casi obligatoria.
Durante muchos años tuve un anhelo silencioso: escribir en este espacio. No como un trofeo, sino como una forma de diálogo con la ciudad, con sus debates y sus preguntas. Lograrlo fue un privilegio que sigo asumiendo con respeto. Pero más allá de haber llegado, lo verdaderamente valioso ha sido quedarme, ser leído, sentir que estas palabras encuentran a alguien........