“El lugar donde uno vive es el paisaje de su alma”
(José Ortega y Gasset)
Hay sitios que nos definen. Son esos rincones que llamamos la patria chica, pues allí nacimos, crecimos, jugamos, estudiamos, hicimos amigos, nos enamoramos… morriña, saudade, dirían gallegos y brasileños; para nosotros es nostalgia, raíces y un corazón que late al recordar las calles de una barriada imborrable para la memoria.
Conozco de un escritor que hace de La Lisa o más bien de la casa donde vive su sitio que le define. Es incapaz de siquiera pensar en vivir en otro lugar de esta Habana.
Un amigo, después de darle vueltas al mundo de viaje en viaje, volvió a la barriada incapaz de encontrar la paz más allá del entorno que siempre lo ha acompañado. Por eso es comprensible que en la edad avanzada el ser humano se vuelva aún más resistente a los cambios de ambiente. Árboles, paisaje, aceras, rostros, vecindario, rutina, cada paso dado, mínimos detalles…, atrapan el alma sin soltarla. En fin, es que el apego a esa raíz original va en cada latido y aliento.
El hombre crece con ese sitio especial que siente en su corazón. Yo, cuando abro mi balcón, el mismo de siempre, siento el aire entrar en mis pulmones con fuerza, y al salir me alegra ver a generaciones de niños jugar en el mismo parque en que jugué yo de niña. Esa sensación de lo familiar me acompañará adondequiera que vaya, es un sentimiento que arraiga, apega, y se torna cual raíz atrapadora que jamás nos suelta.
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27.06.2023
“El lugar donde uno vive es el paisaje de su alma”
(José Ortega y Gasset)
Hay sitios que nos definen. Son esos rincones que llamamos la patria chica, pues allí nacimos, crecimos, jugamos, estudiamos, hicimos amigos, nos enamoramos… morriña, saudade, dirían gallegos y brasileños; para nosotros es nostalgia, raíces y un corazón que late al recordar las calles de........
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