La belleza no está en la cara; la belleza es una luz en el corazón

(Kahlil Gibran)



¿Qué es la belleza? ¿Quién la define? ¿Por qué se obsesionan con ella? Estas son algunas de las preguntas que me hago cuando veo las imágenes que bombardean a diario desde las pantallas, las revistas, la publicidad, las redes. Mujeres y hombres perfectos, sin defectos ni imperfecciones, que parecen esculpidos en mármol.

Rostros simétricos, cuerpos esculturales, pieles tersas, sonrisas deslumbrantes. Modelos a seguir, ídolos a imitar, sueños a alcanzar. Aunque en muchos casos falta algo primordial el cerebro, la cultura, el intelecto.
Pero ¿qué hay detrás de esas imágenes? ¿Qué precio pagan esas personas por lucir así? ¿Qué consecuencias tiene para el resto de la sociedad esa dictadura de la apariencia? La respuesta es simple y contundente: mucho sufrimiento, frustración, angustia.

La belleza se ha convertido en una tiranía, en una exigencia, en una obligación. Ya no basta con ser inteligente, trabajador, honesto, solidario. Hay que ser también bello, según unos estándares impuestos por una industria que se lucra de la insatisfacción de muchos, y vende productos, tratamientos, dietas, para acercarnos a ese ideal inalcanzable. Una industria que nos hace creer que la valía depende de nuestro aspecto físico.

Y así se convierten en esclavos de la belleza. Se someten a todo tipo de sacrificios y riesgos para modificar el cuerpo y el rostro. En comparación constante con los demás. Hay culpa y vergüenza si no se cumple con las expectativas. Se aíslan y deprimen si no encajan en el molde.

Pero ¿acaso ser más bellos nos hace más felices? ¿Acaso la hermosura es eterna e inmutable? ¿Acaso no hay otras formas de belleza más allá de lo superficial?

Creo que es hora de rebelarse contra la tiranía de los patrones establecidos. De cuestionar esos cánones que oprimen y limitan. De valorarnos por lo que somos y no por lo que parecemos. De aceptarnos y querernos con nuestras virtudes y nuestros defectos. De celebrar la diversidad y la singularidad de cada ser humano.

La belleza es una cualidad subjetiva, relativa y variable. Lo que hoy se considera hermoso, mañana puede cambiar. Lo que para unos es magnífico para otros puede no serlo. Lo que nos hace bellos no es solo el físico sino nuestra personalidad, actitud, esencia.

No dejemos que el dictado de lo que llaman bello nos robe la libertad, la alegría, la autoestima. No permitamos que nos imponga un modelo único y excluyente de belleza. Nadie tiene el derecho de decirnos cómo debemos ser o cómo debemos vernos.

Seamos nosotros mismos. Seamos auténticos. Seamos lindos, pero de verdad, a nuestra manera.

Ver además:

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QOSHE - Belleza: el impacto psicológico de estándares irreales - Clara Luz Domínguez Amorín
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Belleza: el impacto psicológico de estándares irreales

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14.07.2023

La belleza no está en la cara; la belleza es una luz en el corazón

(Kahlil Gibran)



¿Qué es la belleza? ¿Quién la define? ¿Por qué se obsesionan con ella? Estas son algunas de las preguntas que me hago cuando veo las imágenes que bombardean a diario desde las pantallas, las revistas, la publicidad, las redes. Mujeres y hombres perfectos, sin defectos ni imperfecciones, que parecen esculpidos en mármol.

Rostros simétricos, cuerpos esculturales, pieles tersas, sonrisas deslumbrantes. Modelos a seguir, ídolos a imitar, sueños a alcanzar. Aunque en muchos casos falta algo primordial el cerebro, la cultura, el intelecto.
Pero ¿qué hay detrás de esas imágenes? ¿Qué........

© Tribuna de La Habana


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