Muchos de los que nos dedicamos a la enseñanza contamos con una experiencia acumulada a lo largo de los años. Se compone de todo lo que hemos aprendido en la práctica y que nos ha permitido perfeccionar la teoría, nuestras bases del conocimiento. Su transmisión puede acelerar el proceso de cualquier docente que empieza, ahorrando el “ensayo y error” en muchas ocasiones.
Un mentor, según la RAE, es un maestro, guía, tutor, consejero, preceptor, instructor, educador. Nos referimos, en este caso, a profesores y profesoras con experiencia que puedan ayudar a otros docentes que empiezan su carrera, facilitando y acompañando en su proceso.
Las mentoría para docentes se lleva a cabo cuando la persona está contratada y pertenece a la organización. Por ejemplo, al docente recién incorporado se le asigna una persona de referencia que le acompañe durante el primer año laboral. Se reúnen periódicamente, estableciendo entre ambas un plan de reuniones; el mentor o mentora escucha las necesidades y le ayuda a situarse en el centro, ofreciendo recursos, señalando la formación inicial que necesite. Además, puede darse el caso de que se realice una observación por pares, es decir, que entre al aula un par de veces a observar y pueda dar una opinión constructiva de lo observado.
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Son varios los beneficios de participar en una mentoría para docentes durante unos meses o un año antes de comenzar con la tarea en solitario. Pero no todo el mundo vale para ser mentor: es importante que sea una persona que cuente con experiencia y conocimiento, buen comunicador, inspirador, motivado, que sepa escuchar, íntegro y comprometido.
La elección de mentores es un proceso crítico que debe garantizar que los mentores seleccionados........