La cumbre del G20 de Río de Janeiro, que finaliza este martes, se ha presentado algo descafeinada por la ausencia del presidente electo de los EE. UU., Donald Trump. Su sombra alargada sobrevoló las sesiones entre los jefes de Estado de la grandes economías mundiales. Una sombra especialmente presente para los países latinoamericanos, por el fuerte impacto negativo que su regreso a la Casa Blanca puede tener en la región.
América Latina dista mucho de ser homogénea y cada país resentirá los efectos de manera diferenciada. Serán tres las áreas más afectadas en el subcontinente: comercio, migración y seguridad.
Los efectos se irán atenuando conforme la frontera con el coloso del norte se aleje. Sin embargo, existe un cuarto ámbito, en el que la geografía pasa a segundo plano: el político. Aquí, la distancia física se desvanece y la cercanía ideológica pasa a primer plano.
En este breve recuento el foco se proyecta hacia algunos países clave, de norte a sur del continente: México; Guatemala, El Salvador y Honduras (el llamado Triángulo Norte); Colombia y Perú (en la región andina); y Argentina, Brasil y Chile (en el Cono Sur).
Como señala el semanario inglés The Economist, México será el país más afectado en el mundo por el retorno a la presidencia estadounidense de Trump, el primer criminal convicto en la historia de ese país en ser electo al cargo.
El problema radica tanto en las preferencias proteccionistas del futuro presidente número 47 de Estados Unidos como en el estilo pendenciero, transaccional y vindicativo que imprime a las relaciones con otros países.
Trump se ha definido como “el hombre de las tarifas”, por los aranceles que le gusta imponer a las importaciones a su país. En........