En el campo de la sanidad, es tan importante tener conocimientos sobre el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades como disponer de habilidades cognitivas, sociales y personales que complementen a esas habilidades técnicas. Es lo que se conoce como habilidades no técnicas (HNT). Su valor reside en que mejoran la calidad de la atención, fortalecen las relaciones con los pacientes y compañeros de trabajo, promueven un ambiente de trabajo colaborativo y garantizan un cuidado centrado en el paciente.
No existe un consenso en cuanto a la clasificación de las HNT, aunque lo que es innegable es que resultan imprescindibles para el profesional sanitario en contacto con el paciente. Entre las más comunes se incluyen habilidades como la comunicación, el trabajo en equipo o el liderazgo. Pero también destacan habilidades cognitivas como la gestión de tareas o la toma de decisiones.
En concreto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la comunicación como un pilar esencial para la salud de las personas al “transmitirse a través de ella información en beneficio de la salud del paciente, de la familia y de la comunidad”.
Para intentar aplicar esta idea en el entorno de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), se elaboró un manual de buenas prácticas de humanización en UCI que incluye como segunda línea estratégica la comunicación. Concretamente, la define como un proceso que va más allá del mero uso del lenguaje, teniendo que ser “la información trasmitida de forma clara, precisa, suficiente, activa, asertiva y emocional”.
De acuerdo con ese manual, “un paciente/familiar/persona cuidadora informada, escuchada, acompañada, con la........