Perfil a Rodrigo Álvarez: los mosqueteros de José Antonio Kast

Al gremialismo no lo mató la Unidad Popular, ni los militares, ni el plebiscito de 1988, ni el asesinato de su fundador Jaime Guzmán, ni la transición o la derecha liberal. El gremialismo, después de casi 60 años de su fundación, logró lo que las derechas criollas no han podido: que llegue a La Moneda un nacido y criado en su mundo.

Piñera era un árbol gigante, pero con semilla DC.

JAK es de derecha a secas. Cual peregrino en Santiago de Compostela recorrió el viaje político-espiritual: Derecho en la UC, gremialista, Fundación Jaime Guzmán y UDI.

Cartón completo.

Y cuando rompió con la UDI, en 2017, fue para hacer otra UDI: la verdadera.

“Antes que todo, somos gremialistas. Lo fuimos antes de pertenecer a la UDI. Esa es nuestra cuna”, me dice un amigo de JAK.

El conservadurismo se instala en Palacio. Una paradoja del estallido. Y de la locura convencional. Son los parteros de los republicanos.

Hablé con Pablo Longueira: fue el primero en rotular al nuevo poder como los “Guzmán Boys”.

El fin de los coroneles.

Llegó la tropa.

Según Longueira la cohorte de JAK es de la misma cepa: formación común, UDI popular, afectos personales, chat grupales de WhatsApp. Guzmán siempre presente. La frontera que los separa hoy sería........

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