Frente Patriótico de Centro

Partamos por establecer algo: no existen las dictaduras de centro, el centro político difícilmente agarró las armas y empezó una guerra o una revolución; tampoco hizo purgas en Siberia o campos de concentración en Polonia. Escribo guerrillas de centro y suena divertido, incluso frasearlo, porque no existen.

En otras palabras, en el centro hay poca sangre derramada, si es que la hay. En el centro no hay historias de mártires asesinados en la selva boliviana. Y el culto a la personalidad es más bien escaso. 

En tiempos como los actuales, todas estas definiciones que parecen estar bien, en realidad están mal. Queremos épica, queremos emociones, queremos un rival, una némesis. Y de esos hay de sobra en la izquierda y en la derecha. Por eso en Sin Filtros, el programa político que posiciona políticos, no invitan a personas moderadas. Una yincana ideológica no funciona con medias tintas. 

Pero esto no siempre fue así. 

Por décadas en Chile, el centro, desde la centroizquierda a la centroderecha, fue una suerte de refugio, una carta segura de gobernabilidad después de los traumas de Allende y Pinochet, para todos quienes hoy tienen más de cincuenta. Porque en algún momento, no tan lejano, cuando ser de centro significaba algo, y el país se dividía en tres tercios, era el tercio del medio el que más muñeca tenía. Y ganaba elecciones.

Hoy eso parece ciencia ficción. 

Hoy eso ya no........

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