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Repaso al año en Palestina: genocidio, resistencia y preguntas sin respuestas

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10.01.2025

Cuando Israel lanzó sus operaciones terrestres en Gaza, Beit Lahia ya estaba en gran parte destruida debido a los muchos días de incesantes bombardeos israelíes que mataron a miles de personas. Aun así, la ciudad fronteriza de Gaza resistió, lo que provocó un hermético asedio que nunca se levantó, ni siquiera cuando el ejército israelí abandonó gran parte del norte de Gaza en enero de 2024.

Beit Lahia es en gran medida una ciudad aislada, a poca distancia de la valla que separa la asediada Gaza de Israel. Está rodeada casi en su totalidad por zonas agrícolas que hacen casi imposible su defensa. Sin embargo, un año de espeluznante guerra y genocidio no ha puesto fin a los combates en esta localidad. Por el contrario, 2024 ha terminado como empezó, con intensos combates en todos los frentes de Gaza, con Beit Lahia, una ciudad que ya estaba supuestamente “conquistada”, a la cabeza de la lucha.

Beit Lahia es un microcosmos del fracaso de la guerra de Israel contra la Franja, una sangrienta pesadilla que no ha llevado a ninguna parte, a pesar de la destrucción masiva, la reiterada limpieza étnica de la población, el hambre y el genocidio. Cada día de la terrible guerra de Israel contra el pueblo palestino sirve para recordar que no hay soluciones militares y que no se puede doblegar la voluntad palestina, por grande que sea el coste o el sacrificio.

Sin embargo, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu sigue sin convencerse de ello. Inauguró el nuevo año con más promesas de “rotunda victoria” y lo terminó siendo un delincuente perseguido por el Tribunal Penal Internacional (TPI). La emisión de una orden de detención contra el dirigente israelí fue una reafirmación de la postura similar adoptada por el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) a comienzos de 2024.

Sin embargo, la postura del TIJ no fue tan firme como muchos esperaban o querían creer. El 26 de enero, el más alto tribunal del mundo había ordenado a Israel “tomar medidas para impedir actos de genocidio”, pero sin llegar a ordenarle que detuviera su guerra.

Los objetivos de la guerra contra Gaza seguían sin estar claros, aunque los políticos israelíes dieron pistas al respecto. El pasado enero varios ministros israelíes, entre ellos 12 del partido Likud de Netanyahu, participaron en una conferencia en la que se pedía retomar los asentamientos en Gaza y la limpieza étnica de los palestinos. “Sin asentamientos, no hay seguridad”, dijo el extremista ministro israelí de Finanzas, Bezalel Smotrich.

Para que eso ocurriera había que domesticar, doblegar y derrotar al propio pueblo palestino, no sólo a los que luchaban sobre el terreno. Por eso surgieron las “masacres de la harina”, una nueva táctica de guerra israelí centrada en matar al mayor número posible de palestinos mientras esperaban a los pocos camiones de ayuda que podían llegar al norte de Gaza.

El 29 de febrero más de 100 gazatíes fueron asesinados mientras hacían cola para recibir ayuda. Fueron atropellados por soldados israelíes cuando trataban desesperadamente de alcanzar con sus manos una hogaza de pan, leche para bebés o una botella de........

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