Salimos de Managua en la noche. Un matrimonio taxista nos trasladó en silencio, respetuosos acordamos y nos despidieron igualmente. Hacer es decir. El cielo era solo oscuro y se abría dirección a Caracas. Fue en la mañana cuando se nos apareció en medio de la luz y, a nuestro paso, cada vista de la ciudad es una imagen más formada, más abierta, más en vida. Salir del aeropuerto presenta un paisaje de montañas que se suceden con la carga de casitas pegadas, de colores vivos y encaje terroso, a lo que sorprende la construcción levantada de viviendas de la Revolución para el pueblo trabajador, para el pueblo que se funda en el mañana, el número ya sale de los 10 millones de pisos, familias que dan prueba de ello. Hechos son amores …
A primera hora ya hemos escuchado el eructo del fascio de Miami, ha soltado su agua sucia por la red de tuberías y hacen ruido de gases de la peor digestión. …Y no buenas........