Nueva geoestrategia rusa empieza a dar sus resultados
El conflicto geopolítico sigue caldeándose. Estados Unidos y Rusia confrontan fuertemente. Estados Unidos en el curso de una contramarcha geopolítica con el objeto de evitar a cualquier costo su hundimiento geopolítico, sigue intensificando la desestabilización mundial envuelta en los complots y el terror, buscando la capitulación de Rusia y el asalto a Irán. Por su parte este país (Rusia), sacudiéndose de su geoestrategia anterior de defensiva militar, ha pasado a una geoestrategia de ofensiva que sacude de raíz la arrogancia estadounidense.
Sin embargo, ni Estados Unidos ni Rusia pueden avanzar más allá de la actual confrontación. Ambos están atrapados en Ucrania. El pentágono ha tenido que recurrir a una peligrosa finta de asesinato de Donald Trump a fin de salir de su entrampamiento geopolítico con el discurso debidamente monitoreado de este candidato. Entonces hay un proceso de acumulación de las contradicciones inter imperialistas, aplastadas por la paridad estratégica que ha originado un grave impasse y entrampamiento geopolítico mundial.
Siendo así, pese a la arrogancia estadounidense que en la última cumbre de la OTAN ha ordenado la imposición de una zona de exclusión aérea en Ucrania (1), hoy podemos observar los primeros resultados del nuevo posicionamiento geoestratégico de Rusia, que incluso están obligando a China asumir posiciones más realistas en los asuntos geopolíticos, y por primera vez se han hecho públicos, algo que el pentágono siempre impedía, que los misiles de largo alcance utilizados por el ejército nazi paramilitar ucraniano no podían impactar en territorio ruso sin la asistencia de sus activos ISR (inteligencia, vigilancia y reconocimiento), los sistemas de Alerta Temprana y Control Aerotransportado (AWACS, por sus siglas en inglés) que son propiedad de aquel país (Estados Unidos), lo cual deja en el aire aquello que decían las prensas rastreras de occidente que Estados Unidos no estaba involucrado en el conflicto. Entonces, la contra respuesta (firmeza) de Rusia había sido impactante que ha golpeado el nervio central del poderío estadounidense.
Tratemos de desmenuzar esto:
I.- El sangriento itinerario geopolítico de la burguesía estadounidense
Quisiera empezar este análisis, observando, aunque muy someramente, el itinerario geopolítico de la burguesía estadounidense a fin de que nos permita ubicar el contexto general en el que discurren las actuales tempestades que sacuden el planeta.
Ante todo, señalar la inter relación directa existente entre este tema y la implosión de la Ex URSS en 1991. Cierto, a partir de aquella implosión Estados Unidos alcanza la hegemonía mundial. El poder mundial es completo para esta superpotencia capitalista. La burguesía estadounidense vive los años de su mayor gloria. Sin embargo, sus planes militares nunca estaban detenidas.
A finales del siglo XX llegan a sus oídos, noticias referidas a importantes avances económicos en Asia, también del reavivamiento militar de Rusia. Además, eran muy preocupantes la nueva ola de lucha de clases que empezaba a levantar el proletariado bajo la orientación roja del maoísmo. En consecuencia, entreteje sus planes. Sus guros y sus apologistas, habían identificado a Rusia y China como sus principales enemigos. Sin embargo, en los hechos ya estaba alzada la principal contradicción Inter imperialista: Estados Unidos versus China.
Entonces en 2001 Estados Unidos ya estaba abalanzado sobre el lado oriental del planeta. El asunto era el cerco y la contención de aquellos dos países. Eran los tiempos en que ni se imaginaba la implosión de su hegemonía mundial. Creía que aquella hegemonía era para siempre. Así le habían asegurado sus apologistas en sus laboratorios ideológicos, particularmente los teóricos de la globalización. Estos fueron los que acuñaron (1992) el concepto del “Fin de la historia” (Francis Fukuyama).
En el curso de estos hechos Estados Unidos llega hasta las fronteras de estos dos países (Rusia y China), en especial de Rusia, donde las fuerzas estadounidenses desembarcan en los países bálticos, pero, sobre todo, han llegado a Ucrania y, armándola hasta los dientes empezaron a enfrentarla frontalmente con el ejército ruso. Y en lo que refiere a China, estaban en Taiwán soliviantando e induciendo a Japón y Australia avanzar a acuerdos militares contra China y la República Popular Democrática de Corea (RPDC).
En lo central la permanente ofensiva militar del ejército estadounidense sobre el Este del planeta, estaba sustentada en dos hechos: primero, en la enorme cantidad de armas y fuerzas militares (mil bases militares) que disponía. Segundo, en sus chantajes del ataque nuclear preventivo que, supuestamente, solo le asistía a este país, escondiendo en este subterfugio la paridad estratégica que existía entre las tres superpotencias capitalistas: China, Estados Unidos y Rusia.
Pero, el discurrir mundial era continuo. Llega el año 2007, luego el 2008. Estalla la gran crisis económica del 2008. El epicentro estaba localizado precisamente en Estados Unidos. Sus consecuencias fueron terribles para la economía de este país, y en general, para la economía de los países capitalistas, sobre todo, occidentales.
El año 2010 implosiona la hegemonía mundial estadounidense. La vieja burguesía estadounidense estaba estupefacta. Fue terrible.
En 2014 China pasa a ser la primera potencia capitalista del mundo, relega a un segundo plano a Estados Unidos. El G7 estaba en una delicada situación económica. La gran crisis económica los había afectado severamente. Sobre esa base empieza a entretejerse una nueva estructura económica del sistema capitalista.
Entonces el 2014 era un año de enorme importancia en los destinos del sistema capitalista mundial. En realidad, ese año se iniciaba la reconfiguración del nuevo orden geopolítico mundial. Lo que hoy sucede (2022-2024) es la acentuación de este proceso. Ahora lo entendemos mejor.
La burguesía estadounidense estaba desesperada. De inmediato levanta un programa de contramarcha geopolítica a fin de contener semejante reconfiguración del nuevo orden geopolítico mundial que estaba orientándose en su contra.
Ese año (2014), Estados Unidos toma cinco decisiones de importancia para el logro de sus objetivos geoestratégicos:
Primero, aunque estaba atada bajo fuertes lazos económicos a China, reconoce a este país (China) como su enemiga estratégica. Aquello era como resultado de las contradicciones inter-imperialistas. En efecto, mientras Estados Unidos estaba enfangada en una economía de servicios, China se había convertido en la gran fabrica del mundo, es decir, el país más industrializado, lo que había empujado a los estadounidenses a depender de la producción de aquel país, sus mercados estaban abarrotados de productos “made en China”, además, aquel país (China) había pasado a ser su mayor acreedora por la enorme cantidad de bonos del tesoro estadounidense en su poder (mayor inversor extranjero en la deuda pública estadounidense). Eran los años más aciagos de la existencia del capitalismo estadounidense.
Segundo, entendiendo su imperiosa necesidad de la recuperación de la hegemonía mundial, se orienta contra Rusia. Su objetivo era hundir a Rusia. La consideraba un país sumamente débil, comparaba la economía rusa con la economía española, por lo que, de acuerdo a su imaginación, su hundimiento sería fácil.
Tercero, aunque sus agitaciones por el control de Irán tienen una larga data, este año (2014) decide el asalto de este país. Cierto, aquello sobrevenía de sus agitaciones por el control total de Oriente Medio. Entonces estaba muy clara la enorme importancia estratégica de aquella región. Los monopolios estadounidenses sabían que la energía de los fósiles seguía siendo lo central en el funcionamiento de sus industrias. Por eso, el asalto de Irán se convierte en uno de sus grandes objetivos. Era un objetivo estratégico cuyo logro debía permitirle recuperar su rumbo económico de primera potencia capitalista.
Cuarto, fortalece sus acuerdos con la Unión Europea donde la OTAN juega un papel clave. El año 2010 lleva el Escudo Antimisiles a esta región, instalando el centro de control, en la base aérea de Ramstein, Alemania. El radar principal, en Turquía. Y los cohetes interceptores, en las bases de Deveselu (Rumanía), Rezikowo (Polonia) y Rota (España).
Quinto, inicia ese año (2014), la captura de Ucrania, donde sus bandas paramilitares fascistas que previamente había ido construyendo, se convirtieron en los elementos determinantes en la ejecución de sus viles propósitos.
Del 2014 al 2019 seguían batiéndose las tormentas en la economía mundial.
Entre tanto Rusia resistía y fortificaba su alianza estratégica con China. Los BRICS y la OCS, asumen nuevas posiciones que preocupan hondamente a Estados Unidos.
Pero el centro de la evolución capitalistas estaba centrado en China, este país lograba significativos avances económicos e incluso militares.
A finales del 2017 se produce la implosión de la arquitectura del dominio imperialista occidental. Un debilitamiento general del capitalismo occidental. Los países BRICS estaban empezando a fortalecerse.
Es posible que en este año (2017) se habría producido la oferta estadounidense a Rusia y China del canje de Irán por el Este de Ucrania y Taiwán, respectivamente, al que Rusia habría puesto reparos por encontrar en ella serias trabas a sus aspiraciones geopolíticas. Incluso, ya habría llegado a sus oídos, el pretendido afán estadounidense de buscar su hundimiento.
En consecuencia, empiezan a agudizarse las resistencias contra los planes estadounidense. En particular, la resistencia rusa se vuelve muy fuerte. Ante esto Estados Unidos acelera su plan militar de la capitulación de este país (Rusia) e intensifica la contramarcha geopolítica que había iniciado en 2014. Era muy grave el establecimiento de una nueva estructura económica en la que estaba desplazado en un segundo lugar. Por eso este apuro de la contramarcha geopolítica: recuperar la hegemonía mundial.
El proceso de armado y fascistización de Ucrania fue completamente acelerado. Los comandos paramilitares nazi fascistas estaban bien alimentados. Aquí había tenido el pleno apoyo de la Unión Europea. Los Estados europeos envían instructores militares, además, enormes cantidades de avituallamiento militar. La OTAN asume un enorme papel. Todo occidente estuvo atareado en esto.
Para entonces ya podía observarse nítidamente la estrategia del terror y los complots de la parte estadounidense, ejemplo, el ataque bacteriológico desatado a finales del 2019, crímenes selectivos, etc., que luego se vuelven muy seguidos.
A continuación, empuja a Rusia a lanzarse contra Ucrania. Lo hace bajo una estrategia muy bien planificada, ordenando a sus fuerzas nazi-paramilitares, desatar mortíferos ataques contra la población civil de los territorios libres del Este de Ucrania, hoy adheridos a Rusia, Donetsk y Lugansk de la región del Donbass (Este de Ucrania). A finales de 2021 las provocaciones eran muy intensas y las fuerzas nazi-paramilitares estaban totalmente preparadas para el asalto de esta región (Donbass). El ejército ruso que estaba al día de lo que sucedía allí, se adelantó a los hechos e inició su operativo militar el 24 de febrero de 2022.
En el curso del conflicto, el ejército nazi paramilitar ucraniano es completamente arrasado. Algunas informaciones internacionales al que tuve acceso han señalado que el ejército ruso prácticamente estaba demoliendo divisiones completas del ejército nazi paramilitar ucraniano. Se dice que serían cientos de aquellos infelices paramilitares provenientes de las células durmientes fascistas del ejército estadounidense regadas casi en todas las regiones del planeta (Europa, África, Asia, América Latina, etc.), encubiertas como sectas religiosas, pandillas juveniles y escuadrones de barras bravas, que a diario estaban siendo eliminados sin contemplaciones de nada. Muy claramente, aquellas informaciones internacionales señalaban que las Fuerzas Armadas de Ucrania estaban registrando colosales pérdidas ante el ejército de Rusia. Aquí una breve información ocurrida en varios ataques lanzados........
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