Promesas, promesas, promesas, por Tulio Ramírez
X: @tulioramirezc
«Disculpe que lo llame nuevamente compadre, pero es que su compadre Güicho no tiene compón. Ya estoy harta. Cada vez que llega de madrugada, borracho y cantando el Rey a todo gañote, sucede lo de siempre. Cuando se despierta y ve mis maletas en la sala, se pone chiquitico y comienza con las promesas. Boba yo, que le hago caso. Pero esta vez se fregó, hasta aquí lo trajo el río. Hoy mismo me largo de la casa».
La seriedad con la que la comadre Camucha hizo el planteamiento, me llevó a pensar que ahora si se le acabo la cuerda al compadre. Pero, me detengo y reflexiono, “esto seguramente es otra falsa alarma”. Son tantas las veces que he sostenido esta conversación con la comadre, que ya no me debería preocupar como antes. De seguro dentro de 15 o 20 días, habrá otra llamada para sostener la misma conversación”.
Este nuevo percance entre Camucha y Güicho me ha hecho meditar en torno al tema de las promesas. Los venezolanos somos muy dados a prometer cosas para salir del paso, para tranquilizar a alguien, para evitar problemas, para quedar bien o para ganar tiempo. No nos preocupamos mucho si al final honramos o no........
© Tal Cual
visit website