Trump y Maduro a contrarreloj, por Gregorio Salazar |
X: @goyosalazar
Ni para Trump ni para Maduro el margen de maniobra es ilimitado. Un desenlace tendrá que producirse antes de que las condiciones internas de Venezuela y los Estados Unidos se complejicen y profundicen y surja un vector —incluso uno inesperado— que empuje radicalmente el fiel de la balanza hacia uno de los dos lados de la contienda. Y el ganador se lleve todo lo que políticamente está en juego.
El tiempo es un vector que oscila su filo amenazante sobre las cabezas de ambos jefes de gobierno, envueltos en una pugna que ha dejado ver, cada vez con mayor nitidez, que la apuesta es por la supervivencia política. La posibilidad de un final de ganancias compartidas y en el que ambos resultaran solo levemente maltrechos carece de compatibilidad y se hace cada vez más lejana e improbable.
Para Maduro y su más íntimo entorno cupular no hay otro objetivo que pueda sustituir al de la permanencia en el poder. Han demostrado que es lo que cuenta y a lo único que no están dispuestos a renunciar.
En materia económica ya no queda más que ofrecer para apaciguar al águila imperial: petróleo, tierras raras, minerales y campo abierto para todos los negocios. «Todo lo que quieras, Donald, pero no me pidas que me vaya», es una frase que pudiera resumir los ofrecimientos de Maduro que han trascendido a la prensa. Pero eso no encontró eco en la Sala Oval.
En lo que respecta a Trump, el escenario también está marcado por la premura.........