México iliberal o la paradoja de la libertad

“… los relojes no marcan el instante en que el azul se vuelve gris.”

No fue posible capturar el instante preciso, si el momento histórico en que el azul se volvió gris. Todo sucedió en el momento que Fukuyama declaró el fin de la historia y los gobiernos neoliberales le hicieron caso. Sin más –supeditados a la ideología dominante– los gobiernos de las naciones pobres y emergentes mandaron a los héroes a los frígidos museos; arrumbados, parecía iban a desvanecerse de la memoria colectiva.

El mayor de los méritos del presidente López Obrador fue que transformó otra vez la historia del país en historia viva: los héroes (Hidalgo, Morelos, Juárez, Madero, Zapata, Villa y Cárdenas) salieron otra vez a las calles y a las plazas públicas. Al hacerlo, resurgieron los ideales que nos condujeron por los inalienables principios de libertad y justicia. Claudia Sheinbaum sigue el mismo ejemplo: está rescatando del olvido a las heroínas que contribuyeron progresivamente a conformar una sociedad sustentada en la equidad de género y en la corresponsabilidad.

El futuro le corresponde ahora, en igual grado, a hombres y mujeres, sobre las bases de la conjunción de esfuerzos y talentos, sin que exista discriminación en oportunidades y en remuneraciones: a trabajo igual salario igual. Los héroes –decía Andrés Henestrosa– no mueren, sólo duermen, todas las mañanas se levantan para cumplir con sus sueños de justicia; este es el mismo sueño que ahora comparten millones de mexicanos, que constituyen el conglomerado social al que llamamos pueblo.

No existió prácticamente ninguna ciencia o rama social que no hubiera resentido esta transformación en la percepción de la historia. En la economía, los cambios han sido responsables, se han roto paradigmas que propiciaban la desigualdad y la polaridad social, pero se ha buscado mantener los equilibrios técnicos que posibilitan metas sustentables. Antes todo ajuste significaba sólo un número más, ahora queda claro que hay detrás millones de personas y de familias que sufren por el desempleo, la inflación, los bajos salarios y el abandono en las prestaciones de los servicios sociales básicos.

Las mentes sombrías perviven y no entienden el significado cualitativo de los cambios. Se preocupan sólo por el equilibrio fiscal o por la estabilidad macroeconómica sin proponer nada nuevo. Los cambios en el mundo no los ha vuelto flexible, o si así ocurrió, fue sólo por un momento. A tres años de la crisis del covid- 19, que paralizó al mundo, se insiste en volver a la ortodoxia.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) sigue sosteniendo que el sólido crecimiento salarial del país de 2018 a 2024 (112% si se toma en cuenta el salario mínimo y 30% si se consideran la remuneración promedio del empleo formal) ha impedido una desinflación más rápida, sobre todo del sector servicios, en donde los salarios tienen una mayor incidencia. Es factible que la evolución salarial pudiera ser causa de una menor desaceleración; sin embargo, lo verdaderamente importante es que la tasa inflacionaria general y la tasa de inflación subyacente mantienen una tendencia a la baja respecto a 2022. De hecho, la inflación del subíndice........

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