Claudia y el uno-dos Trump-Zócalo: como Muhammad Ali contra Foreman

Pensaban que tenían a la presidenta contra las cuerdas. Desde meses antes los medios fabricaron un héroe, el Temerario del Sombrero. Nunca el alcalde de un municipio pequeño había recibido tanta atención mediática. Lo inflaron, pues. Me apena decirlo así, pero es lo que sinceramente pienso.

Llegó noviembre. Ricardo Salinas Pliego se sentía, por citar al clásico, en la plenitud del pinche poder. Fue el mes en el que se lanzó más fuertemente al ataque. Le interesaba evitar lo inevitable: que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, presidida por el ministro Hugo Aguilar Ortiz, resolviera los primeros juicios fiscales en que el empresario está involucrado.

El primer día del pasado mes asesinaron al presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo. Lamentabilísimo homicidio. Si no fue el muy usado por la ultraderecha asesinato selectivo para generar la percepción de un vacío de poder, eso es lo que pareció por la forma en que lo utilizaron algunas personas opositoras a la 4T, sobre todo Salinas Pliego y sus asesores. Un famoso dirigente del PAN, Diego Fernández de Cevallos, llegó a calificar de “maravilloso” el crimen del alcalde Manzo. En efecto, dijo que se trató de una “muerte maravillosa” por sus “consecuencias valiosas”, como las protestas en Uruapan contra la 4T, que Fernández de Cevallos deseó fueran “preludio de lo que pronto veamos en las calles y plazas del país”.

El día del asesinato del alcalde Carlos Manzo —asesinato selectivo si se le analiza fríamente—, Ricardo Salinas Pliego decidió utilizar la tragedia para presionar al gobierno, evidentemente como una última tentativa de chantaje. Buscaba obligar a la presidenta Claudia Sheinbaum a una negociación, antes de la sentencia de........

© SDP Noticias