Álvarez-Buylla, la lucha por la verdad |
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En el escenario público actual la verdad ya no se persigue como una meta, sino que se disputa como un trofeo. Redes sociales, medios de comunicación y diversos intereses económicos compiten sin tregua por imponer sus propios relatos. En esa contienda, la reputación termina convirtiéndose en blanco fácil. Los ataques no se centran en debatir ideas; más bien, deforman la realidad. En el caso de María Elena Álvarez-Buylla, quien estuvo al frente del CONACYT y luego del CONAHCYT, la guerra mediática se transformó en un auténtico laboratorio de manipulación. Aclaro sin ambigüedad que no tengo conflicto de interés al escribir estas líneas: a) mi nivel del SNII III lo obtuve dos años antes de su llegada al cargo; b) nunca solicité apoyos de investigación durante su gestión —aunque habría sido legítimo hacerlo—; y c) jamás he trabajado, directa o indirectamente, bajo su administración. Si no lo hice entonces, menos ahora que ya no ocupa ningún cargo público. Escribo porque su gestión representó un cambio de fondo en temas que desde 2012 he venido denunciando en estas mismas páginas.
Primero. ¿Qué logró Elena durante su gestión, con datos públicos y verificables, en beneficio del interés colectivo? Mucho más de lo que sus detractores suelen reconocer. Entre 2001 y 2018, el Estado destinó 45?mil?millones de pesos al sector privado para proyectos sin innovación ni patentes a favor del Estado. En su administración, esa fuga estructural se redujo de forma sustancial. El apoyo a la educación y a la investigación........