El atentado terrorista suscrito por Netanyahu

Este es el recordatorio de un hecho que debía tener más atención porque retrata de cuerpo entero a los dos principales protagonistas de lo que podría detener la guerra entre Israel y Gaza, con algo cercano al cese al fuego y primer paso para la paz en la región, en un proceso que se abrió el 13 de octubre pasado.

La noticia corrió entre el 17 y 18 de septiembre de 2024, cuando buscadores (beepers) y radioescuchas (walkies talkies) estallaron en los sitios más insólitos en las afueras de Beirut, en el valle de la Bekaa, en el sur de Líbano y, con menor frecuencia, en Siria.

Sorprendió a mujeres y varones frente a un puesto de frutas en el mercado, atendiendo en el mostrador de una tienda, hombres en otros trabajos, niños en los salones de clase, paseantes por las calles. Es decir, los dispositivos irrumpieron en la vida cotidiana, fueron dirigidos a miembros de Hezbolá sin cuidar que no alcanzaran a civiles; eso sí, en su mayoría fueron chiitas, miembros de la rama del islam de la que procedían la mayor parte de sus integrantes. Eran las 15:30 horas del primer día cuando se registraron las primeras explosiones causando la muerte de 12 personas, incluidos dos niños, y a Mojtaba Amani, el embajador de Irán en Líbano, sin que tuviera repercusiones.

El día 18 el objetivo fueron los radioescuchas, mataron a 30 personas y produjeron 750 heridos. Ha debido pasar un año para hacer un balance de las consecuencias. Ahora se sabe que además de las decenas de muertos, entre los afectados que sobrevivieron a los ataques algunos perdieron uno de sus miembros, otros quedaron ciegos o sordos, varios muestran aún las heridas en su cuerpo o sus rostros deformados. Al cumplirse en septiembre de 2025 un año de ese........

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