Ricky Riquín Canallín, su lucha con los gobiernícolas

Millones de mexicanos han escuchado hablar de Ricardo Salinas Pliego; no es difícil entender el porqué. El dueño de TV Azteca ha utilizado su televisora para proyectarse, y su presencia en redes sociales es tan controvertida como constante.

También es de sobra sabido que Salinas Pliego es el tercer hombre más rico de México. Montado en una fortuna valuada en 14 mil 800 millones de dólares, ha lanzado una conveniente cruzada libertaria contra “los gobiernícolas”, una caricatura que refleja su desprecio a cualquier tipo de regulación o de presencia del Estado.

Las canalladas de las que se ha acusado a Salinas Pliego se han convertido en marcas que alimentan adicionalmente su fama. Sus empresas acumulan resonadas multas o sanciones en el extranjero que las indican culpables. El caso más reciente es, desde luego, la colección de litigios por casi 60 mil millones de pesos en impuestos que no habría pagado.

Considerando al personaje, su riqueza y la dimensión de la canallada de la que es acusado es natural que la confrontación abierta entre Ricardo Salinas Pliego y el gobierno de AMLO esté ocupando espacios de discusión y primeras planas. Sus características y su exposición han sido tal que incluso hay quien ha planteado que esta pugna ayuda a explicar la creciente aprobación del presidente en las encuestas.

Vale la pena ponerlo con todas sus letras: que cualquier multimillonario utilice su poder para evitar pagar decenas de miles de millones de pesos al fisco durante décadas es, de suyo, un insulto y una vileza. En consecuencia, que un gobierno logre corregir esta injusticia es un acto de elemental justicia digno de ser celebrado.

Sin embargo, sería un error no ver más allá de la lucha de un famoso multimillonario canalla y un presidente poderoso dispuesto, por fin, a ponerle un alto. Para ver por qué, empecemos revisando las narrativas que........

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