¿Y si cambio? Herramientas para procesar el duelo en fiestas navideñas |
La Navidad, una época tradicionalmente asociada con la alegría, la unión familiar y la celebración, puede sentirse como una verdadera afronta emocional, especialmente cuando se enfrenta al duelo por la pérdida de un ser querido.
La ausencia se vuelve más notoria, la silla vacía es un recordatorio que ya esa persona no está, y la expectativa de felicidad choca dolorosamente con la realidad de la tristeza. Se nos sembró que este tiempo es sólo de fiestas, pero resulta que no es así para todos, ni es así siempre.
Enfrentar ese choque entre la expectativa y la realidad, pasa por comprender que es natural y necesario sentir dolor, angustia y soledad. El objetivo no es “eliminar” estos sentimientos, ni hacernos los locos, sino aprender a procesarlos, validarlos y gestionarlos para que la Navidad y el Año Nuevo, sean momentos que, aunque teñidos de melancolía, también puedan ofrecer espacio para la conexión, el recuerdo amoroso, la gratitud y un mínimo de bienestar.
Herramientas poderosas que ofrecen paz y calma en estas fechas
Desde la perspectiva de la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), el duelo es un proceso activo que requiere modificar nuestros pensamientos y conductas para adaptarnos a la nueva realidad. Sin pretender dar fórmulas mágicas, porque no existen, comparto tres herramientas para navegar estas fiestas con mayor paz y resiliencia.
Herramienta 1: Reestructuración cognitiva del “debería” navideño.Uno de los mayores generadores de sufrimiento en estas fechas son los pensamientos rígidos sobre “cómo debería ser” la Navidad. Ideas como: “Debo estar feliz”, “La Navidad siempre es felicidad y si no es un desastre”, o “Si no lloro todo el tiempo, no estoy honrando a mi ser querido”. Estos son distorsionadores cognitivos que aumentan la culpa y la presión.
¿Quieres sustituir estos pensamientos por unos más realistas y compasivos?
Escribe la creencia que te está causando más angustia. Ejemplo: “No puedo disfrutar nada, eso es traicionar su memoria”). Busca la evidencia a favor y en contra de ese pensamiento: ¿Hay pruebas de que disfrutar un momento es una traición? No. ¿Querría tu ser querido que vivieras en tristeza constante? Probablemente no.