Leí en la prensa que, en más de sesenta ciudades del mundo, habían salido ciudadanos a la calle para reclamar ‘democracia real’.
Para estos ciudadanos, ‘democracia real’ significa que sean ‘los ciudadanos los que decidan el destino del país’… “y no los poderes financieros y las grandes corporaciones empresariales”.
Si esto es lo que proponen estos ciudadanos ‘indignados’, estamos con la vista puesta en la democracia directa. Veamos estas cosas más de cerca. En la democracia indirecta, que es la vigente en los países democráticos realmente existentes, los ciudadanos eligen a sus representantes. Los representantes políticos deciden, en el Parlamento, las leyes que organizan la vida política, social y económica de una sociedad. Por tanto, los ciudadanos, indirectamente, deciden. Pero es cierto que los sistemas democráticos actuales no concentran el poder, exclusivamente, en el Parlamento. Entre otras cosas.
En las sociedades con democracia directa, como en Atenas, los ciudadanos tenían que dedicar mucho tiempo a la política. Claro que entonces había esclavos y era más fácil para los que no lo eran. ¿Qué sucede si muchos ciudadanos prefieren no dedicar tanto tiempo a la política? ¿Qué pasa si prefieren ser representados? Al margen de las dificultades derivadas de las sociedades extensas actuales, debido al gran número........