¿Qué motivos tengo para no ser progresista ni desear serlo? Según la Real Academia Española: «Dícese de la persona, colectividad, etc., de ideas avanzadas, y de la actitud que esto entraña».
Estas definiciones de progresista que incluyen «ideas avanzadas» y las actitudes correspondientes, son demasiado vagas para ser útiles. En cambio, la gente podría estar de acuerdo, o no, dependiendo de su significado concreto. Olvidemos, pues, estas generalidades y citemos unas palabras de Cristina Losada referidas a los progresistas:
Los cerebros de los que presumen de «progresistas» presentan características singulares que los inducen a creer en las palabras y no en los hechos, en las intenciones y no en los resultados. Piensan así que todo lo que hace un «progresista» declarado redunda en el progreso de la humanidad; y si la realidad lo desmiente, simplemente la apartan. Habitan una caverna ideológica muy confortable y no quieren salir al exterior. Creen incluso que allí disponen del monopolio de la verdad y de la crítica’.
Veamos estas características más de cerca. Empecemos por su desprecio por los hechos contrarios a sus intereses. Es habitual que los progresistas definan lo «políticamente correcto». ¿Por qué? Porque ellos se arrogan la facultad de definir la realidad política. Porque son moralmente superiores.
Naturalmente, esto no es cierto. Pero controlan (al menos intelectualmente) la mayoría de los medios de comunicación y los centros de enseñanza. O sea, están en las mejores condiciones para conformar y manipular las conciencias........