Parece ser que, una vez más, las ideologías hilvanan con hilos de odio las costuras del pueblo español dividido y enfrentado. Parece ser que, una vez más, las ideologías tratan de hacer ver a los españoles que su intensísima sed únicamente pudiera ser saciada con la sangre de sus hermanos. Se escuchan voces que parecen añorar aquellos banquetes, tantas veces celebrados por los españoles, en cuyas viandas hábilmente condimentadas por las ideologías, solo aparecían los cadáveres de sus compatriotas.
No estará de más, si esto es así, preguntarnos por lo que son las ideologías. Si las ideologías no solo matizan, sino que definen la totalidad de nuestro devenir vital, social, y económico, incluso personal y familiar; si las ideologías se han constituido en el caso español, en muchas ocasiones, en la causa que ha separado la vida de la muerte. Pienso que debiéramos, haciendo un alto en el camino, interrogarnos por la naturaleza de este tipo de constructos: las ideologías.
Veamos:
Parece ser que el término “ideología” fue acuñado por Destutt de Tracy en 1796.
Un siglo y pico después don José Ortega y Gasset nos facilitaba una definición de ideología que, a continuación, traemos hasta aquí:
“Napoleón utilizó el vocablo para denominar ese pensar falso cuando llamó despectivamente a sus enemigos, ideólogos. Desde entonces una ideología significó el conjunto de ideas inventadas por un grupo de hombres para ocultar bajo ellas sus intereses, disfrazando estos con imágenes nobles y perfectos razonamientos”[i]
De la definición de Don José Ortega y Gasset nos llama poderosamente la atención la identificación que hace de una ideología con un pensar falso.
Una ideología es un pensar falso, según Ortega, porque en sí misma es la capa ocultadora de los verdaderos intereses personales o grupales de aquellos que la formulan.
Una ideología es un pensar falso, según Ortega y Gasset, porque, adrede, se muestran imágenes nobles y perfectos razonamientos cuya auténtica misión es servir de disfraz de los intereses reales de quienes la propagan.
Es un pensar falso una ideología, según don José Ortega y Gasset, porque exhibiendo ideas inventadas, son utilizadas como pantalla deformadora de las metas, ocultas siempre, de quienes las divulgan.
De donde podemos concluir que una ideología, según Ortega y Gasset es una no-verdad. Ciertamente es dramática la noción de ideología con la que nos regala don José Ortega y Gasset. Llegando a ser trágica si aceptamos que el mundo en el que vivimos toma a las ideologías como su base y fundamento.
A lo largo de la historia del pensamiento han sido muchos los filósofos que han proyectado sobre el término “ideología” un trasunto de enmascaramiento, tras el cual el sujeto busca y los grupos persiguen la obtención de sus propios intereses.
“Entre los autores que destacaron en sus esfuerzos por examinar la naturaleza enmascaradora de las ideologías, así como en sus esfuerzos por desenmascararlas, figuran Sorel y Pareto. Sorel habló de mitos, y Pareto de derivaciones. La función de ambos es la........