Quizás la obsesión, propia del marxismo, por la destrucción sea el toque de atención para que algunos autores hayan definido al marxismo como una ideología de posible origen diabólico.
Mencionemos aquí tan solo, aunque no son los únicos, a Richard Wurmbrand, Robert Payne y Paul Kengor.
Estos autores exponen los datos biográficos de Karl Marx, los cuales les conducen a pensar que, posiblemente, éste se encontrara poseído por Satanás.
A lo largo de este artículo vamos a seguir el hilo conductor que nos facilita Richard Wurmbrand en su obra: La otra cara de Karl Marx. ¿Fue Karl Marx un Satanista? Obra que con suma facilidad el lector podrá consultar en Google
Veamos.
El joven Marx es un ser profundamente religioso.
En su primera obra escrita: Die Vereinigung der Gläubibiguen mit Christo (La unión de los fieles con Cristo) escribe:
“Por medio del amor de Cristo volvemos nuestros corazones al mismo tiempo hacia nuestros hermanos, quienes están interiormente ligados a nosotros y por quienes Él se dio a sí mismo en sacrificio”
Estas palabras nos muestran a un Marx que en su intimidad, siendo joven, conocía la senda que podía conducir a los hombres a convertirse en hermanos: El cristianismo. Y de este modo nos lo deja escrito:
“La unión con Cristo proporcionaría una elevación interna, un consuelo en la angustia, una calma confiada y un corazón sensitivo al amor humano, a todo lo noble y grande; no por motivos de ambición y gloria, sino solamente por causa de Cristo”.
Y así nos lo reitera en su obra juvenil Betrachtung eines jünglings bei der wahl eines berufes (Consideraciones de un joven al escoger su carrera):
“La religión en sí nos enseña que el Ideal hacia el cual nos dirigimos se sacrifica a sí mismo por la humanidad, y ¿quién se atreverá a contradecir afirmación tal? Si hemos escogido la posición en la cual podemos lograr el máximo para Él, entonces las cargas nunca nos abrumarán, porque son sólo sacrificios hechos por el bien de todos”
Al concluir sus estudios superiores, en el certificado de graduación, quedaba de forma explícita, en lo concerniente a conocimientos religiosos, que: “Su conocimiento de la fe y moral cristianas está bastante claro y bien fundado. También tiene cierto conocimiento de la historia de la Iglesia Cristiana”.
Pero poco después surge un fenómeno extraño que pocos autores nos han sabido explicar, y los que lo han hecho, han tenido que acudir a la posible “posesión satánica”.
En su juvenil obra titulada: Des verzweiflenden gebet. (Invocación de un desesperado) escribe un verso en el que confiesa: “Deseo vengarme de Aquél que gobierna en lo alto”.
Acababa de terminar sus estudios. La vida le iba bien. Económicamente se encontraba en una situación superior a la de la mayoría de sus compañeros de estudios. ¿Qué ha pasado? Él nos confiesa que no es ateo, sino que se subleva contra El que gobierna en lo alto.
¿Es Karl Marx quien lo dice o, más bien, es el portavoz de quien ha sido poseído?
En el mismo poema continúa diciendo:
Pues un dios ha arrebatado de mí todo
en la maldición y tormento del destino,
todos sus mundos idos irrevocablemente
solamente me resta la venganza.
Construiré mi trono en las alturas,
aquel que en él se sienta solo emana espanto y agonía
en una cumbre inmensa y fría,
Por su baluarte supersticioso espanto,
por su alguacil la más negra agonía.
Quien lo mire con ojos sanos,
regresará mudo, con palidez mortal,
en garras de mortandad ciega y fría.
Que su felicidad prepare su tumba.
Los versos “construiré un trono en las alturas” y “aquél que en él se sienta solo emana espanto y agonía”, nos recuerdan las palabras del engreído Lucifer: “Subiré al Cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios levantaré mi trono” (Isaías 14.13).
De nuevo hemos de insistir en la........