Giovanni Papini fue un filósofo y escritor italiano que vivió entre los años 1881 y 1956.
Giovanni Papini fue defensor de lo que él llamó el ateísmo integral durante su primera etapa de producción intelectual. Después en su segundo periodo, al ser un hombre extremadamente inteligente y dotado de una gran sensibilidad intelectual, llegó a la Verdad convirtiéndose al catolicismo. Fue durante esos años cuando escribió su bellísima obra: Historia de Cristo. Obra que recomendamos desde aquí a todo aquel que desee una aproximación a la figura de nuestro Redentor, envuelta en una extremada belleza literaria.
Pero en este artículo nos vamos a referir a otra obra suya, que en los años treinta del pasado siglo XX conmocionó los ámbitos sociales de Europa, convirtiéndose en lo que hoy llamamos un best seller o más bien el libro superventas de la época: “Gog”.
Gog es el protagonista de la novela. Su nombre real es Goggins, pero Papini lo abrevia para ponerlo en paralelo al personaje del Apocalipsis. Gog es un multimillonario aburrido de la vida de negocios que decide emplear su dinero y su tiempo entrevistando a personalidades de la época a golpe de talonario. Es un hipócrita, un cínico y despreciador de todo lo humano.
Gog va relatando a lo largo de la obra sus experiencias al viajar por el mundo entrevistando a diversos personajes que en esos momentos vertebraban y daban cimientos a la sociedad inquieta y convulsa de aquel mundo. Así van apareciendo a lo largo de sus páginas entre otros: Henry Ford, Gandhi, Einstein, Sigmund Freud, Lenin, Mahatma Gandhi, Edison, H. G. Wells, El Conde de Saint Germain, George Bernard Shaw o Ramón Gómez de la Serna.
En palabras del mismo Giovanni Papini que incluye en el primer relato de su obra, “Gog es, para decirlo con una sola palabra, un monstruo, y refleja por eso, exagerándolas, ciertas tendencias modernas. Pero esta misma exageración ayuda al fin que me propongo al publicar los fragmentos de su Diario, puesto que se perciben mejor, en esta ampliación grotesca, las enfermedades secretas (espirituales) que sufre la presente civilización”.
Estos entrevistados “mienten en sus coloquios fingidos, pero en sus mentiras palpitan y se estremecen violentas y desconsoladoras verdades”.
En la entrevista ficticia que Gog -el personaje de Papini- realiza a Lenin queda expuesta la realidad del leninismo; una realidad de la que solo pueden dar testimonio fehaciente, aquellas personas que han vivido bajo un régimen comunista.
Comienza Gog explicando lo costoso de llegar hasta Lenin.
“Había venido a Rusia únicamente para conocer a este hombre y no quería marcharme sin haberle oído hablar. Me parece en su género, uno de los tres o cuatro vivientes que vale la pena de escuchar. Llegar a él me ha costado casi veinte dólares -regalos a las mujeres de los comisarios, propinas a los soldados rojos, donativos a los asilos de huérfanos -pero no lo lamento”.
“He estado porfiando casi un mes, pero al fin lo he conseguido. Decían que Vladimir Ilitch estaba enfermo, cansado, y que no podía recibir a nadie, a excepción de sus íntimos. No permanece ya en Moscú, sino en una aldea vecina, en una antigua villa de señores, con el acostumbrado peristilo de columnas blancas a la entrada. El viernes por la tarde, las últimas dificultades habían sido vencidas y el teléfono me advirtió que el domingo se me esperaba. Dijeron a Lenin que mi capital podría ayudar a los difíciles comienzos de la NEP y había consentido en verme”.
En los primeros párrafos Papini ya nos deja ver el entramado de corruptelas que ha tenido que atravesar hasta conseguir la entrevista perseguida. El desmesurado amor al dinero que los comunistas han tenido siempre ha sido proverbial desde sus orígenes hasta nuestros días.
Debemos tener en cuenta que el mismo Lenin acumuló tal fortuna que a su muerte, al ser reclamada por Stalin a la banca suiza -pues era allí donde la tenía depositada- le sirvió a éste para la remodelación del ejército rojo.
Después de una breve descripción del entorno de Lenin -un Lenin cansado y muy enfermo- Papini en su obra concede a su personaje Gog que pueda iniciar su entrevista.
“Los primeros minutos del coloquio fueron más bien penosos. Lenin se esforzaba en estudiarme, pero con aire distraído, como si cumpliese un deber que ahora ya no le importaba. Y yo, ante aquella máscara azafranada y cansada, no tenía valor para hacer las preguntas que me había propuesto. Murmuré al azar un cumplido sobre la gran obra realizada por él en Rusia. Y entonces aquella cara medio muerta se llenó de arrugas espectrales que querían ser una sonrisa sarcástica”.
Y las palabras que Papini pone en boca de Lenin en su respuesta a su entrevistador, es estremecedoramente aclaratoria de las consecuciones que el comunismo ha proyectado en las sociedades donde ha llegado a tomar el poder. Sociedades en las cuales el objetivo de los comunistas, tan solo ha sido llegar a ser los más privilegiados entre los desiguales.
“Pero si todo estaba hecho -exclamó Lenin con un brío inesperado y casi........