Pequeñas f(r)icciones: El camino de Barnechea

La biblioteca de Alfredo Barnechea —dos pisos colmados de libros— demuestra que lo solemne y lo moderno no son palabras contradictorias. Diseñada con un refinado gusto contemporáneo —pasillos de acero y madera blanca—, está impregnada, a su vez, de una suerte de aire monástico, un espíritu de convento que invita a la lectura, a la reflexión, a rendirse al conocimiento. No sorprende en absoluto, pues, que este sea el espacio de su residencia donde Barnechea pasa la mayor parte del tiempo, ya sea disfrutando de la ficción en todas sus formas, pero, sobre todo, interpelando a la historia. Esta semana, tras recibir la noticia de su desafuero electoral y luego de lanzar amenazas a los miembros del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), y tras ello, desamenazarlos y pedir disculpas en cuanto programa quisiera invitarlo, el ahora excandidato presidencial decidió refugiarse en la hospitalidad de su biblioteca, donde —que se sepa— el JNE carece de jurisdicción.

Una de esas tardes —para ser exactos, la tarde del miércoles pasado— Barnechea estaba hojeando unos poemas de Machado. La poesía era lo mejor para ahuyentar el recuerdo de la injusticia que habían cometido contra él. Pero, de alguna u otra manera, los pensamientos electorales le llegaban de golpe y lo atacaban con la vehemencia de un grupo de cuervos hambrientos. “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”, había dicho el vate sevillano y Barnechea pensó que era una revelación y, para sus adentros, reformuló la frase: “Político, no hay partido, se hace partido al postular”. Ya estaba imaginando que, ahora que el histórico “Acción Popular” pasará, en el sentido menos esperanzador, a la historia, su destino era fundar su propio movimiento político cuando el timbre, que anunciaba la llegada de un visitante, lo distrae. Dos minutos después,........

© Perú21