Opinión Pequeñas f(r)icciones: Un año más, un año menos

Cada vez que diciembre llega a su fin, los peruanos, sin importar la condición social o económica, incurrimos en un comportamiento a todas luces inexplicable e injustificado, una suerte de conducta gregaria que tiene desconcertados a sociólogos, psicólogos y a todo aquel que investiga la conducta humana: creen que el año siguiente será mejor.

Esta vez, adicionado a ese cándido sentimiento —cuando no candelejón—, he notado que anda circulando un virus de esperanza que no conoce de vacuna. Y, de alguna manera, es comprensible. El año pasado recibimos las fiestas con Dina Boluarte de presidenta y hoy con José Jerí. Hemos pasado de la frivolidad crónica al entusiasmo fatuo; y eso, en un país zarandeado por las autoridades, no es poca cosa.

A estas alturas, conviene tener una idea clara del camino que primero Boluarte y luego Jerí recorrieron durante el año. Sin embargo, solo tengo este pequeño rastreo mensual.

ENERO

Cansada de la apabullante desaprobación popular, Dina Boluarte decidió buscar un lugar donde la respeten y le tengan consideración: el extranjero. Enrumbó a Suiza, donde fue a aumentar su colección de Rolex. En Lima, mientras tanto, el Poder Judicial ordenó el arresto preventivo de su hermano Nicanor. Sin embargo, cuando la policía fue a capturarlo, este preventivamente ya se encontraba en la clandestinidad. En paralelo, su ministro del Interior, Juan José Santiváñez, denunció que la Fiscalía quería que entregue su clave del iPhone y del iCloud. Santiváñez descartó acatar la orden, aunque ofreció entregar su clave del wifi. Por cierto, Vladimir Cerrón siguió prófugo.

FEBRERO

Investigada por la fuga de Cerrón, Dina Boluarte ejerció su derecho al silencio para que el Poder Judicial no ejerza su derecho a hacer justicia. En el otro lado de la ciudad, su exsocio Pedro Castillo se lamentaba de que el Tribunal Constitucional le rechazara el pedido de habeas corpus para salir del penal........

© Perú21