Termina el año y, a pesar de contar con un entorno económico internacional excepcional, vamos a tener un crecimiento muy mediocre (nulo si lo llevamos a términos por habitante) y un inaceptable déficit fiscal de 4% del PBI (¡más de US$10,000 millones!).

Por si esto fuera poco, el presupuesto aprobado para 2025 amenaza con agudizar el desequilibrio: iniciativas de gasto desde el Ejecutivo y el Congreso sin costos cuantificados ni fuentes de financiamiento, así como un festival de exoneraciones, beneficios y prebendas a sectores específicos, continúan erosionando la solidez fiscal del Perú, alguna vez referencia de sensatez y responsabilidad en el manejo de las cuentas fiscales.

A la demostrada ineptitud del Gobierno, se suma su........

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