Indignación, pero sin violencia ni anonimato

La marcha del 15 de octubre fue una poderosa demostración de hartazgo. Miles de jóvenes salieron a las calles de Lima y de distintas regiones bajo el lema generación Z, cansados de la inseguridad, el desempleo y la corrupción que corroen al país. Su reclamo fue legítimo y esperanzador: quieren un Perú distinto, con autoridades competentes y honestas. Pero lo que empezó como una jornada pacífica terminó empañada por la violencia, los enfrentamientos con la policía y la muerte del joven Eduardo Ruiz. Tampoco faltaron los políticos infiltrados, mayoritariamente de izquierda, que buscaban llevar agua a su molino creando caos y azuzando la violencia.

Las imágenes de la noche en el centro de Lima mostraron el caos: con........

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