Entramos a la recta final del año con una mezcla de sensaciones y expectativas, con noticias abrumadoras que se suceden vertiginosamente. Por un lado, el cruel asesinato de una joven mujer que pudo ser salvada si la policía le hubiese hecho caso a su madre. Es imposible no preguntarse: ¿Tienen impacto real las políticas de género?, ¿acaso el Ministerio de la Mujer? No pasa desapercibido que el autor de este nuevo crimen de odio haya sido un joven policía. Sí, siempre habrá policías honestos y valerosos, pero la participación de algunos en delitos diversos nos recuerda que la institución policial requiere una reforma profunda que nadie se atreve a hacer.

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