Sanación exprés
Hay una explosión de ceremonias, retiros, tomas de ayahuasca, rituales ancestrales, plantas maestras, todo bien empaquetadito en un retiro de fin de semana largo. San Pedro, rapé, hongos mágicos, niños santos, cacao ceremonial. Todo con el elevado fin de “SANAR”.
Las promesas son tan simples como peligrosas: “Tómate esto y entenderás”, “aquí sanarás lo que en terapia no pudiste”, “en una noche podrás liberar traumas generacionales”, y así, como si se tratara de un cambiazo de ropa interior, ya estarás limpito y operativo para la vida.
Con todo cariño a esa manada de humanos ‘conscientes’, ‘despiertos’ y ‘en proceso’ que están pululando por las redes sociales, todos con su discurso de enviados interestelares, lamento comunicarles que son una TROUPE DE INCONSCIENTES. Amiga, amigo elevado, te lo digo en una: NO ESTÁS SANANDO NADA, ESTÁS ESCAPANDO.
Escapando con incienso, escapando con plantas, escapando con cantos, escapando con discursos elevados, toooooodo eso para no hacerse cargo de una vida emocionalmente inmadura. No sé quién les ha hecho creer que la espiritualidad pasa por una experiencia sensorialmente intensa, lo cual no es necesariamente transformador.
Si lloraste, ya sanaste; si vomitaste, entonces liberaste; si viste una serpiente, acabas de integrar tu linaje; si gritaste es porque seguro ya desbloqueaste. MENTIRA.
Pasado el mágico fin de semana, con lo que se encuentran días después es que no cambiaron un carajo. Siguen evadiendo, mintiendo, siguen sin poner límites, siguen en modo pasivo-agresivo, siguen siendo padres ausentes, parejas inmaduras, adultos funcionales, pero todavía niños que reclaman........





















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